Sin duda es el
pretexto más utilizado por la mujer. Por lo menos de está parte del mundo, cada
vez que un representante del sexo masculino intenta ganar los favores de su
corazón y ve que inevitablemente la respuesta a su petición será
negativa.
Y como está frase se usa indiscriminadamente
creo que es un momento de sospechar y buscar una posible explicación sobre su
uso y (abuso) en este siempre intrincado mundo de las lindes
sentimentales.
La primera explicación evidente es que esta
frase es una respuesta inmediata ante un sentimiento de culpa. El cliché cumple
aquí la importante función de sacar de apuros a quien da "la terrible
respuesta" que "romperá el corazón" de aquel iluso que tenía una
gran expectativa.
En este contexto la mujer se ve obligada a
otorgar "una explicación", una justificación a su negativa con tal de
no quedar como una "pérfida, cruel y sin corazón" con que tantos
poemas y canciones las han inmortalizado hasta hoy.
El mismo Nietszche tiene una frase que resume
esta curiosa forma de pensar; "Cuando la mujer odia, el hombre ha de
temerla, porque en el fondo de su alma el hombre es tan sólo malvado pero en el
fondo de su alma la mujer es mala", y si la sociedad sigue este patrón, la
mujer se ve horrorizada de dar un "no" a secas y se ve en la
imperiosa necesidad de buscar un "premio consuelo" para el desdichado
y así evitar que se le tilde con adjetivos conocidos.
También se le puede añadir a esta explicación
el hecho de que estos tiempos del consumismo, del 2x1, del valor agregado, del
50% más, se ofrezca la "amistad" como jabón que viene con la pasta de
dientes por el mismo precio. Al final, esta postura es revelador del profundo
desprecio que en estos tiempos se tiene hacia la amistad convirtiéndolo en una
categoría opcional, de segunda mano, casi como la llanta de repuesto en caso de
emergencias.
Indirectamente se le dice a la persona "ya
que no puedes tener mi amor, al menos confórmate con mi amistad". Claro,
lo que no se dice es por lo general imposible. Porque la amistad
"AUTENTICA" ya se ha ejercido con otras personas, con las que hemos
compartido experiencias diversas y acciones en común, a las que el tiempo ha
consolidado como nuestros "amigos"
Por lo tanto, decirle a ese caballero "te quiero como
amigo" es una farsa más grande que la torre de Babel, porque las
circunstancias evidentes hacen imposible el sano ejercicio de la amistad. En
todo caso la solución de nuestras conspicuas damas ante un dilema de tal
magnitud debería ser simplemente: la sinceridad.
En vez de mellar más el concepto de amistad
deberían armarse de valor y decir algo así: "TE DIGO QUE NO, SENCILLAMENTE
PORQUE ERES UN IDIOTA, PORQUE NO ME GUSTAS, POR QUE NO TENEMOS NADA EN COMÚN,
POR QUE TU ERES FEO Y YO BONITA, PORQUE ERES ROCKER Y YO FRESA, etc."
De esa forma creo que nos evitaríamos más
confusiones, y de paso dejamos de menoscabar el valor de la “AMISTAD” que de
por sí ya carga sus propios problemas.