¿Por qué lloras ahora, Pierrot? ¿Qué nueva Colombina se burló de tu corazón? ¿Acaso tu “amigo” Arlequín te hizo una nueva jugarreta? No tienes arreglo. Eres un payaso tonto. A tu edad deberías haber aprendido como es el mundo, olvidándote de soñar con lunas lejanas. Los sueños imposibles no se alcanzan, Pierrot. Si fuera así, no serían imposibles.
¿Y no será que una vez más confundes la vida con la comedia? ¿Son tan sinceros tus sentimientos? ¿No será que te gusta hacer de tu vida un drama para darle algo de poesía? Entre lo sublime y lo ridículo solo hay un paso, y tu quisiste ser poeta y te quedaste en payaso.
Pero cada cual tiene su papel en esta comedia de la vida, y tú sabes el tuyo y lo representas bien. Así que ríe y llora, que en ti la risa y el llanto se confunden. Continúa siendo como eres, eterno enamorado de la luna. Sigue cantando tu triste canción y deja que la gente se burle también de tu estúpida melancolía.
Para eso estamos los payasos, y la función debe continuar
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